Cuando se educa en casa, hay una gran preocupación de parte de toda madre que los hijos salgan sabiendo lo necesario. Queremos incluso que tengan una excelente educación.
Queremos siempre lo mejor, que estén perfectamente preparados para la vida que Dios tiene para ellos en el futuro. Así que muchas veces nos enfocamos primeramente en las asignaturas: matemáticas, idomas, ciencias, y literatura.
Es muy fácil olvidar lo más necesario.
Vamos a hablar hoy de unos enfoques importantes:
1. La Biblia dice:
Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él (Proverbios 22:6).
Este versículo manda instruir al niño en el sendero o viaje de su vida. Camino también se refiere a dirección y manera de vivir. En el contexto bíblico y lo que es más importante para el niño es la instrucción bíblica. Luego, los padres enseñarán a sus hijos los modales, y todo lo que necesita saber y hacer para funcionar y tener éxito en la vida.
También animarán a sus hijos a desarrollar los dones que Dios les ha dado para ser usados para Su gloria. Algunos niños tienen habilidades especialmente en matemáticas y ciencias, otros en la mecánica, y todavía otros son muy artísticos y capacitados en las áreas de los artes (música, teatro, arte, escritura creativa, etc.).
2. Queremos que nuestros niños sean aprendices durante toda su vida.
Una manera de apoyar el aprendizaje es leer buenos libros a los hijos y animarlos niños a leer. Se puede escoger libros clásicos y libros que van con las asignaturas que están estudiando (especialmente la historia y la ciencia). Lee cada día en voz alta a todos los hijos juntos.
También, puede planear un tiempo de lectura libre cada día cuando los hijos puedan escoger el libro (de las selecciones que haya escogido) para leer él mismo. Los niños que leen se convierten en niños curiosos, y así aprenderán por si mismos de por vida. (Si necesitas sugerencias de libros de acuerdo al grado que cursa, cheka las listas de libros opcionales para el plan de estudio Lemonhass®.)
3. Lo más importante, por supuesto, es la relación que cada hijo tiene con el Señor.
Asegura que parte de su enseñanza sea de la Biblia.
Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié (Isaías 55:11).
He conocido a varios adultos jóvenes que dicen que cada “semilla” de la Biblia que fue plantada en su corazón cuando eran pequeños luego dio fruto en su alma. Necesitamos demostrar por nuestras vidas que amamos al Señor.
Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes (Deuteronómio 6:5-7).
La Biblia debe formar una parte importante en cada escuela en casa.
¡Que el Señor les ayude a enseñar a sus hijos en el camino de Dios!