A un año de iniciar formalmente la escuela en casa debo confesar que aun sigo con dudas y aprendiendo cada día.
Tengo un hijo de casi 4 años y cuando comenzamos con la idea de educarlo en casa tenía un año y medio, así que tuvimos un poco de tiempo de investigar métodos y currículos. Nos decidimos por uno basado en literatura y creo que nos cayó muy bien; déjame decirte por qué.
- A mi hijo le fascinó tener tanto libro para leer, claro que él no lee todavía, pero le gusta mucho que le leamos cuentos tanto su papá como yo.
- Noté que su memoria comenzaba a trabajar, a los pocos días ya sabía los títulos de sus cinco libros favoritos, a las semanas frases completas, a los meses yo decía una frase y él mencionaba de que libro se trataba o viceversa. También va reconociendo las letras o palabras que vamos leyendo, ya que se las señalo con el dedo.
- Se hizo un poco más observador, yo le hago preguntas sobre lo que ve, si el alto o bajo, pequeño o grande, si se ve feliz o triste, etc. y disfrutó ver su carita de que está pensando para contestar. A veces jugamos a hacer las caras de los personajes de los cuentos.
- Podemos hacer una manualidad, un dibujo o tratar de construir algo parecido a lo que hemos leído o jugamos a inventar nuestra propia historia con los personajes del cuento. Por ejemplo con el libro Ricitos de Oro y los Tres Ositos desayunamos avena y lo leo tantas veces como tarde en terminársela, además aproveché para enseñarle un plato grande, uno mediano y uno chico, algo suave y algo duro, porque el libro nos ayuda a hablar de eso y hacerlo real para él.
- Hace su lista de cuentos favoritos y el conoce el orden. A veces le digo solo tres libros o cinco y él sabe muy bien cuales va a elegir, me dice cual va primero y cual después, la misma lista la usa una semana o dos y si cambio el orden me corrige y los acomoda correctamente.
- Aprendemos de la vida a través de estos cuentos. Te contaré una anécdota. Una mañana mi hijo no quiso ayudarme a recoger sus juguetes, por más que le expliqué que cada miembro de la familia hace una labor no quería cooperar. Así que tomé el libro de La Gallinita Roja y le dije: te voy a contar un cuento de La Gallinita Roja y sus amigos. Leí el libro cuidadosamente por primera vez e hice preguntas como ¿Ves que sus amigos estén ocupados? ¿Crees que les pedía algo muy difícil? Y él contestaba no. Cuando terminé mi hijo me pidió que lo leyera nuevamente y finalmente lo leí seis veces, cuando terminé esa sexta vez solito se fue y se puso a hacer lo que le había pedido.
El educar en casa es más que números, letras y libros de texto. Es crear recuerdos, anécdotas y lazos familiares más fuertes. Con el plan de estudio basado en literatura los niños aprenden a memorizar, pensar y a aprender naturalmente.
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