Cuando la historia va de mano con una obra de arte y los dos se expresan con la música clásica estamos enseñando todo el cuadro. Cuando la ciencia que estudiamos en el libro se puede ver en las estrellas o visitando el zoológico o subiendo una montaña, estamos uniendo los puntos.
Los hijos aprenden cuando les mostramos más de una faceta del aprendizaje. Cuando ellos pueden escuchar, sentir y ver, hacen las conexiones entre las meras palabras en una página y lo que realmente hay en el mundo. Aprenden a pensar. Este tipo de enseñanza crea en los estudiantes una sed de aprender.
¿Cómo logramos eso?
1. Hace falta pensar fuera de la norma
O sea pensar en los relativos. Por ejemplo, estamos estudiando la época de Napoleón. Quería conquistar al mundo y tener un imperio cada vez más grande. Se puede usar mapas para ver el territorio que él tenía cuando empezó, lo que añadía, y lo que había de conquistar.
Después se estudia la geografía de los nombres de los países ahora. Se puede ir al arte clásico para ver los cuadros que narran sus batallas y los retratos de él y su esposa Josefina. Se puede partir de Josefina y leer algo de sus diarios, estudiar sus joyas, etc. Incluso, se podría ver una película de la Batalla de Waterloo, y se estudia la Isla de Elba.
Podríamos estudiar los problemas de salud que tenía el líder y la medicina de hoy día en contraste. También se puede pensar en Napoleón de otra manera. Por ejemplo, uno de sus mandatos era plantar árboles altos en los dos lados de las carreteras para dar sombra en verano—cosa que existe en Francia hasta hoy. Cuadros, fotos, mapas, joyas, diarios . . . . Hemos realmente tocado al Emperador y su vida. Le hemos presentado como una persona real.
2. Presentar las experiencias tanto como la lectura.
Estamos estudiando geología—montañas, rocas, piedras, fósiles, etc. Es mucho mejor ir a un sitio cerca de casa donde los hijos pueden ver los estratos verticales o las piedras interesantes al lado del río. Se podría ir a una cueva y ver estalactitas y estalagmitas y cómo se forman de los minerales en el agua.
Pueden mirar una roca compuesta de piedras pequeñas. Pueden incluso (en algunos sitios) buscar sus propias fósiles. Podrían “hacer” fósiles usando frondas de helechos y yeso. ¿Habrá algún museo de minerales cerca? Los hijos pueden coleccionar virtualmente piedras y cristales en Pinterest.
3. Dejar a los niños usar su creatividad.
Por ejemplo, están aprendiendo sobre el continente de África. Pueden escribir, dibujar, o hacer un modelo de algo que les interese: la vida de un animal, una historia sobre la vida cotidiana de un niño en cierta tribu, o una persona famosa: David Livingstone, Robert Moffat, Henry Stanley, Mary Slessor, Nelson Mandela, Ernie Els. Podría construir una casa de barro y ramas en escala pequeña.
Podrían escribir a unos hijos de misioneros que viven en países africanos y preguntarles acerca de su vida allí. También hay muchas mujeres africanas que hacen manualidades—bisutería, cestas, tejidos, batiks, etc.—que venden a muchos países. Tal vez se podría enterar de ellas y ayudarlas vender su artesanía.
Podemos enseñar más efectivamente por ir más lejos—y más afondo. ¿Cómo interesar a nuestros hijos? Por pensar más allá de un libro de tema.
Tina Songe says
I am looking for science books we can use in a Christan school for grades 3, 5and 6.
Katie Hornor says
Hi Tina, you can see a list of the Spanish language science books we recommend for each grade when you search the tienda by grade level (por grado).